El legendario yate de Ernest Hemingway

Todo empezó en 1934, cuando Ernest Hemingway viajó a Nueva York para asistir a algunas reuniones. La más crucial para esta historia fue la que mantuvo con el editor y cofundador de Esquire, Arnold Gingrich, de quien Hemingway obtuvo un anticipo de 3.300 dólares por algunos relatos que escribiría para la revista. El escritor, que entonces tenía 35 años, se dirigió al astillero Wheeler de Coney Island y utilizó el dinero como primer pago para iniciar la construcción del Pilar, un yate de madera de unos 12 metros de eslora que pasaría a la historia. El coste final de la embarcación fue de unos 7.500 dólares y, una vez terminado, fue llevado directamente a Cayo Hueso, en el estado de Florida. El nombre del yate tiene un triple significado: por un lado es el nombre de la heroína de su novela Por quién doblan las campanas, pero también era el apodo de su entonces esposa Pauline. Otras teorías apuntan que lo de Pilar era un homenaje a la patrona de todos los pueblos de habla hispana.

Haz click en las imágenes para ampliarlas

El astillero Wheeler era conocido y premiado por producir barcos de madera hechos a mano muy buenos. En la década de los 20 habían comenzado a producir un yate de recreo llamado Playmate y habían cosechado tanto éxito que lo siguieron fabricando durante dos décadas. Era el molde ideal para las exigencias de Hemingway. Las modificaciones que hizo a la versión de 38 pies (esos 12 metros) del Playmate que encargó incluían un vivero de peces vivos y un rodillo de madera que abarcaba el espejo de popa para ayudar a subir el pescado a bordo. También pidió depósitos de combustible más grandes para poder permanecer más tiempo en el mar. El barco tenía dos motores: uno de 75 CV para navegar y otro de 40 CV para curricán.

A través de Charles Thompson, amigo de Cayo Hueso y propietario de una ferretería, Hemingway obtuvo permiso para atracar el barco en el Astillero Naval, que la Armada apenas utilizaba en aquella época, a solo unas manzanas de su propia casa, en Whitehead Street. Pero, en 1940, Ernest y Pauline se divorciaron, él se casó con Martha Gelhorn y, juntos, se trasladaron a Cuba y compraron la Finca Vigía, situada en lo alto de una colina con vistas a La Habana. El Pilar atracó en Cojímar, un pequeño pueblo pesquero cerca de la finca. En Cojímar comenzó la leyenda. Desde allí, con esa bestia motorizada del mar, Hemingway ganó numerosos concursos de pesca en Estados Unidos, Cuba y las Bahamas. Como gran hito deportivo, conquistó por primera vez el récord de pescar siete Marlin en un solo día. Como gran hito artístico, El Pilar lo acompañó en los últimos 26 años de su vida. Fueron en gran parte sus vivencias a bordo de esa embarcación legendaria las que construyeron una nueva forma de discurso en su obra. Las vivencias en alta mar cambiaron sus frases y su forma de escribir hacia el estilo que hizo que su obra fuera universal, imperecedera. Fue en el Pilar donde alcanzó su madurez como escritor.

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com